- El Club Financiero de Canarias aborda la aceleración de la digitalización de las PYMES en Canarias.
- El encuentro contó con la participación del tecnólogo Jorge Alonso, CIO en Velorcios Group, y los abogados Emilio Sánchez, de Aguilar Abogados, y Daiana Lamela e Iván Afonso, de Écija.
- Todos coincidieron en que el coronavirus ha sido el acelerador de la transformación digital y que en la actualidad, un año después, las empresas deben sumarse a esa transformación, siempre bajo las normativas que regulan el proceso digital.
- Tan solo un 4% de las empresas canarias vendía por internet antes de la pandemia, cifra que ha aumentado hasta el 10% en el momento actual.
El Club Financiero de Canarias, de la mano de su presidente, Miguel Ángel Marrero, abordó este martes el encuentro virtual ‘Aceleración de la Digitalización de las PYMES’, con el objetivo de poner sobre la mesa los aspectos a tener en cuenta para desarrollar correctamente el teletrabajo en las empresas; una nueva forma de trabajar que se ha implantado en la sociedad para quedarse, como consecuencia de la pandemia generada por la COVID-19.
El foro virtual contó con la intervención de los abogados Emilio Sánchez, de Aguilar Abogados, y Daiana Lamela e Iván Afonso, de Écija; así como con la participación de Jorge Alonso, CIO en Velorcios Group.
Durante el encuentro analizaron los puntos claves y acciones a llevar a cabo para digitalizar las empresas canarias a través de un plan director, así como el marco legal y las normas de obligado cumplimiento. Además, los cuatro expertos coincidieron en que el coronavirus ha sido el acelerador de la transformación digital.
Según Emilio Sánchez, el e-commerce ha aumentado un 25% en Canarias en 2020 y un 36% a nivel nacional, pero además dio datos de cómo ha afectado el tsunami de la COVID-19 a las relaciones con empresas, administraciones públicas, clientes y proveedores. “En marzo de 2019 el SEPE tramitó 9.500 prestaciones en Canarias de manera presencial. Un año después, tramitó casi 200.000 debido a la crisis del coronavirus de manera online. Esto viene a demostrar que ya no volveremos al método tradicional. Todos los organismos oficiales atienden vía Internet y los procedimientos, incluso, se agilizan”, apuntó.
Sánchez puso también el foco en la normativa sobre el derecho a la desconexión digital y afirmó: “Un año después de la pandemia, sigue sin haber una norma que regule la desconexión digital de los trabajadores. El plan estratégico aún está en borrador, pero la Inspección de Trabajo ya advierte a las empresas de que hay que cumplir con las normativas y proteger los datos de los clientes, y hay que garantizar que la digitalización de las empresas se lleve a cabo bajo la normativa imperante para evitar multas”, finalizó.
Por su parte, el tecnólogo Jorge Alonso subrayó que “es urgente que la pyme canaria dé el salto cuanto antes a la digitalización”, y consideró que las que no lo hagan “están abocadas a desaparecer”.
Alonso contextualizó que, tras la crisis generada por la COVID-19 en la que miles de empresas canarias se vieron obligadas a cerrar, hubo que buscar soluciones digitales que ayudaran a continuar con la actividad para aliviar los estragos de la pandemia.
Así, muchos establecimientos pusieron en marcha un proceso de transformación digital, para el cual -según Alonso- hace falta un plan director basado en cuatro vectores: transformación del puesto de trabajo, que implica poder trabajar desde cualquier lugar; ubicación de los datos en una nube digital; transformación de las aplicaciones informáticas, de tal manera que podamos trabajar en remoto desde cualquier dispositivo estemos donde estemos; y trabajar en un entorno ciberseguro.
Jorge Alonso explicó que “la transformación digital es un cambio en la forma de pensar que necesita amparo jurídico” y añadió: “Es un tren que camina ya con cierta velocidad, y no cabe duda de que todas las empresas deben engancharse a él. Hoy en día, con las mejoras y avances que ha experimentado el sector, es más sencillo que hace un año”.
Iván Afonso apuntó que el marco normativo afecta a las relaciones de las empresas tanto desde el punto de vista interno, que tiene que ver con el teletrabajo, como externo, es decir, relaciones con los clientes y proveedores. Señala que con la llegada de la COVID-19, hubo empresas preparadas para dar el salto al teletrabajo, y continuar así con su actividad sin que se vieran abocadas al cierre, pero otras no.
Aquellas que lo hicieron, se tuvieron que enfrentar a situaciones como la formación de sus empleados en la materia, el uso y distribución de los equipos de trabajo, la ciberseguridad o los problemas de phishing (correos electrónicos no seguros), entre otros. Además, la relación con los proveedores y clientes también cambió y, con ello, la relación contractual y la localización de los datos, ahora situados en la nube.
Finalmente, Daniana Lamela hizo hincapié en la importancia de las normas que regulan los servicios de información en Internet en portales web o App. La abogada recordó la obligación de mantener un contrato entre el responsable y el encargado del tratamiento de los datos, así como contar con una política de privacidad adecuada a la actividad de la página web o la App y una correcta política de cookies. “Hay empresas que desconocen que pueden ser sancionadas si tienen mal la política de cookies, o que no es válido hacer un corta y pega de una política de privacidad, algo que solemos ver habitualmente”, aseveró.